viernes, 30 de diciembre de 2011

Un nuevo año

Me embarga, mi Señor, el sentimiento,
no sé cómo empezar mis peticiones;
¿por donde comenzar mis oraciones?
Me sume en el pesar mi abatimiento.

¿Pongo en primer lugar el sufrimiento?
¿Paro, desahucios, penas, aflicciones,
inminentes despidos, situaciones
que causan el dolor y el desaliento?

Ilumina, conduce, al que ahora empieza;
que tome sus medidas con firmeza;
que se sienta por muchos ayudado.

Y exígenos, Señor, que cooperemos;
podemos hacer mucho, si queremos,
por todo aquel que está necesitado.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Nace Jesús

La ventana del portal
está cubierta de escarcha;
ahora que el día se marcha
llega una luz celestial.
Los ecos de un madrigal,
que van cantando pastores,
quieren hacer los honores
al Infante que ha nacido,
ese Niño que ha venido
para repartir amores.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Pronto va a nacer Jesús

Todo el mundo ilusionado
porque se acerca el momento.
Feliz acontecimiento,
un natalicio esperado.
Con amor han preparado
un pesebre en el portal.
Hay un coro angelical
que le susurra a María
que llega lo que venía;
la estrella da la señal.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Más cerca

Una vez más deseamos el momento,
la promesa de Dios de que vendría
un celestial Infante que traería
alivio del pesar y el sufrimiento.

Va a suceder el Santo Advenimiento
y se desbordará nuestra alegría;
el mundo añora ya su cercanía
y espera de Jesús su nacimiento.

A Él hay que recurrir en esta hora
en que ya no nos sirve la demora
del “todo se andará” o el “ya veremos”.

Tanto hemos de pedir ahora a un Niño
que viene para darnos su cariño,
para ofrecer su amor y que le amemos.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Inmaculada Concepción

Desde casi la cuna se me animó a quererte;
era tan sólo un niño cuando aprendí a rezarte;
ya, como Inmaculada, disfrutaba al mirarte
y fuiste mi otra madre y así pude tenerte.

Fue tan grato el proceso de poder conocerte,
tan dulces los momentos de comenzar a amarte
y tan hondo el deseo de querer venerarte
desde saber quién eras, disfrutando esa suerte.

Qué pena que se pierda tanta gente tu aurora,
que no tengan coloquios contigo cada hora,
que finjan no escucharte cada vez que los llames.

Por eso te agradezco con un amor profundo
el que estés en el fondo de mi alma en este mundo
y que desde pequeño, mi Virgen, tú me ames.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Adviento

Comienza el tiempo ya donde la espera
ilusiona, seduce y esperanza;
se sustenta en la fe la adivinanza
de cuándo cesará nuestra quimera.

Se abrirá de este mundo la frontera
y nos vendrá la bienaventuranza,
de la plena y gozosa confianza
en una Gloria eterna y placentera.

Un Niño va a llegar y su venida
va a llenar de consuelo cada vida,
que tendrá que dar gracias por su suerte.

Amemos al Infante con ternura;
el traer ese don, esa ventura,
le va a costar tortura, cruz y muerte.

domingo, 30 de octubre de 2011

Tantos santos

Serán Fernandos, Mónicas, Albertos,
Marías, Federicos y Clementes,
Cármenes y Felipes, muchas gentes
que merecieron cielos muy abiertos.

Son santos sin saberlo, pero ciertos.
Algunos infelices indigentes
darán sus manos a otros más pudientes
y escucharán angélicos conciertos.

Han cesado por fin sus sufrimientos,
ya no se oyen sus llantos, sus lamentos;
por siempre con fervor a Dios aclaman.

En los atrios del cielo habían leído
ese letrero breve y conocido:
“Acceso para todos los que aman”.

lunes, 10 de octubre de 2011

A la Virgen del Pilar

Ayúdanos, María, en esta hora;
viendo cómo está España te rogamos,
quieras interceder por que veamos,
cómo despunta al fin la nueva aurora.

Acude a protegernos sin demora.
¡Ay! Virgen del Pilar, te veneramos
y, como amantes hijos, esperamos
hagas con el Señor de mediadora.

Mil cosas que arreglar; hay tanto hermano
a quien habría que tender la mano
en la impaciencia o en la desventura.

Sólo nos queda el cielo; tanta gente
se muestra ante el dolor indiferente…
Que acabe de una vez la noche oscura.

viernes, 7 de octubre de 2011

Carta a un suspiro

La nacencia, el orto, la luz del destino,
la señal, la huella que marca el encanto,
la espina que hiere, trino contra llanto,
el vagar mundano, el volar divino.

Las oscuras sombras, el brillo lontano,
los pasos sin rumbo sin mirar las cosas,
los tiempos tan largos, las ninfas celosas,
los atardeceres que te dan su mano.

El brillo a lo lejos, lo más esperado,
el buscar constante de los corazones,
los arrobamientos y las emociones,
las dudas sin nombre de lo incontrolado.

Por fin unos ojos de color de cielo,
labios entreabiertos y manos unidas,
bálsamo de dicha para tus heridas,
descanso y sosiego, solaz de tu anhelo.

Las manos de seda, los besos furtivos,
las suaves caricias, los lechos de flores,
los mirlos que cantan y los ruiseñores,
las gratas sonrisas, los ojos cautivos.

Las luces del alba por entre las hojas,
los hondos suspiros, los dulces gemidos,
halagos, arrullos, miradas, latidos,
y el olor profundo de las rosas rojas.




Nacen los susurros, brotan los sonrojos,
hay cantos sonoros de la primavera,
que ríen y dicen que acabó la espera,
mientras los amantes se sienten dichosos.

Dos que se hacen uno, ecos de pasiones,
abrazos constantes, caricias y besos,
felices amantes que se sienten presos,
mientras que Cupido dibuja canciones.

Felices, contentos, henchidos de vida
ya no existe nada que no sea la dicha,
es Naturaleza la que se encapricha
sin saber que pronto se sentirá herida.

Acosan los tiempos a los dos amantes,
sin tregua, sin pausa, pasan los momentos,
auguran los ecos tristes pensamientos,
amenazan sordos los miedos constantes.

Los hados, celosos, contratan azares
que tejen la malla de la desventura,
la luz de la luna que se torna oscura,
el silencio nace, cesan los cantares.

Una sombra nace y extiende su manto,
la luz irisada ya desaparece,
aquél aleluya que se desvanece,
ahora es un gemido, antes era un canto.

¿Por qué los amantes se ven perseguidos?,
¿y por qué huracanes marchitan las flores?;
¿es que está vetado que existan amores?;
¿es inoportuno saberse querido?




Ella fue diana del acabamiento;
no pudo el empeño, ni el rezo, ni el llanto,
herir es la meta; los que quieren tanto,
pagarán la pena por su atrevimiento.

Solo por la vida, triste, desvaído,
lloroso, distante, cansado del mundo;
un desdibujarse, un amor profundo
que vive y añora a la que se ha ido.

Un no querer nada; un nada me importa;
muecas por sonrisas, lágrimas calladas;
los ojos que velan en las madrugadas;
mi vida tan larga, la suya tan corta.

Crueles los hados que anudan cadenas
y quiebran los pulsos de los corazones,
se desembarazan de las ilusiones
y cambian la dicha por una condena.

¿Dónde están las manos que me acariciaban?;
¿dónde tus sonrisas?; ¿que fue de los besos?;
¿podría olvidarme de los embelesos?;
¿quién rompió la historia de dos que se amaban?

Todo ha terminado; todo se ha cumplido;
pudieron los sinos a los corazones.
¿Qué hacer en un mundo sin luces, sin sones,
y sin ver ya nunca a quien se ha perdido?

El tiempo que pasa; el mundo impasible;
nadie que te ofrezca siquiera un consejo;
si paso delante de cualquier espejo,
me miro y me encuentro irreconocible.

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Queridos lectores:

Me han pedido poesía profana de amores
y me complace acceder a esos deseos, con
un poema de amor, de añoranza, de risas
y lágrimas; algunos quizá se sientan
protagonistas de esta historia...

Los hombres aman, sean o no poetas y las
mujeres que se sientan aludidas en estos
poemas, serán felices comprobando las
bellezas que intenta transmitir este
trovar que mediatiza, que traspasa el
alma y el tiempo y que nunca cesará
mientras haya hálito en este mundo.

Son historias que cada uno debe aplicarse,
si se identifica con el poema.


Gracias por leerme.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Benedicto seas

Aceptaste venir y conseguiste
un mar de esperanzadas ilusiones.
Lograste reunir a las naciones.
En tierra, tanto cielo prometiste.

Pudimos comprobar cómo subsiste
el que amen a Dios los corazones.
Fueron dulces y gratas emociones
las que a los peregrinos tú les diste.

Ésta es la Iglesia: “Roca que navega”.
Juventud que responde, que se entrega,
en un mundo que sufre y que suspira.

Silenciosa oración la que se eleva;
es tanto amor el eco que se lleva…
Y Jesús sonriente que nos mira.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Virgen de la Victoria

Cuando las rosas rojas no existían
y estabas en la mente de Lo Eterno,
eras de Dios un pensamiento tierno
y tan sólo los cielos te sabían.

Después, cuando en el mundo te tenían,
en una bella noche de un invierno,
tuviste, Virgen, con amor materno,
el Hijo que las gentes presentían.

Madre desde Belén hasta el Calvario
y que moras en nuestro santuario
con el singular nombre de Victoria.

De Málaga Patrona, relicario,
estandarte, medalla, escapulario,
esperanza y consuelo, luz y gloria.

sábado, 27 de agosto de 2011

Oremos al Señor

Se aprovecha del todo cada instante,
agosto se nos va, se han terminado
los clásicos proyectos, se ha acabado
ese calor fogoso y abrasante.

Tenemos lo ignorado por delante.
¿Será un tiempo peor que el que ha pasado?
¿Será mejor? ¿Se habrá ya terminado
esa crisis cruel y delirante?

Recemos al Señor por que ilumine
al estadista aquél que se define
como colocador de los parados.

Y si no ocurre así, ¿por qué oraremos?
Si seguimos igual, ¿Qué es lo que haremos?
Pedir: ¡Que Dios nos coja confesados¡

domingo, 21 de agosto de 2011

Tantos +

Tanto desocupado ya no es raro,
tanto progenitor en la indigencia,
tanta falta, señores, de conciencia,
qué triste situación de desamparo.

No tengo más remedio que ser claro,
y abrir mis manos, y pedir clemencia;
tratar de conseguir supervivencia
para los que se encuentran en el paro.

Nuestras parroquias y el voluntariado,
no levantan sus manos del arado
y ayudan sin cesar a cualquier hora.

Cáritas diocesana, Voluntarias;
tantas gentes trabajan solidarias…
Un ideal que hay quien no valora.

jueves, 11 de agosto de 2011

De un cristiano mayor a los jóvenes

Me dirijo a vosotros, herederos
de lo que late en mí y en tanto hermano;
tomad esta experiencia de la mano,
desde ahora ya somos compañeros.

Que el mundo entero sepa comprenderos;
gritar amor a Dios no será en vano,
se puede presumir de ser cristiano
y servir a la vez de pregonero.

Tened fe y contad con la esperanza;
sabed que cooperar en esta andanza,
va a dar a muchas gentes el consuelo

de ver a tanto joven entregado,
haciendo un importante apostolado,
que mirará el Señor desde su cielo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cualquiera de nosotros en verano

Estamos en agosto, ya han llegado
el descanso, el solaz, los bañadores,
un sol que te regala sus fulgores,
la cerveza, las gambas o el helado.

El mes de un calendario programado
donde cesan de pronto las labores;
en vez de madrugar y sinsabores,
algún crucero bien organizado.

¿Se me ocurre indagar en los que ahora,
cada rato que pasa, cada hora,
agravan mucho más su decadencia?

¿Dedico, por lo menos, un momento
en intentar paliar su sufrimiento
para dejar tranquila mi conciencia?

sábado, 25 de junio de 2011

Entre nosotros

Cuerpo y sangre, presencia, cercanía;
el Hijo, por amor, que se ha quedado,
para siempre tenerlo a nuestro lado;
existencia real, Eucaristía.

Todo un Señor Jesús que no quería
que el hombre se sintiese desolado,
que indulta con su muerte mi pecado
y vive entre nosotros como guía.

Qué alegría tenerlo, qué sosiego,
decirle cada día que me entrego
a su noble amistad, a su consuelo.

Su casa es el Sagrario, a verlo voy;
me siento tan feliz cuando allí estoy
al poder disfrutar aquí su cielo.

sábado, 18 de junio de 2011

Santísima Trinidad

El Padre celestial que es adorado,
el Todopoderoso bendecido;
ser creado por él y haber sabido
que olvidará por siempre mi pecado.

El Hijo predilecto, el Enviado,
que ha de sufrir por ello, que ha venido
a entregarse de un modo consentido
para morir por mí crucificado.

Borró su muerte, ascendió a la gloria
y coronó triunfante su victoria
anunciando el Espíritu Divino.

Qué júbilo gozoso, qué alegría,
qué cántico interior y qué armonía
sentir dentro a ese Dios que es Uno y Trino.

sábado, 11 de junio de 2011

Los discípulos

Mirad cómo resuena, qué ruido;
bajo sus pies el suelo que temblaba
y un resplandor de luces que llegaba.
¿Es algo de los cielos que ha venido?

Como en tiempos se había prometido,
una lengua de fuego les bajaba.
Cada cual, al notarlo, así pensaba:
Lo que el mundo esperaba se ha cumplido.

Del Espíritu Santo se llenaron
y en lenguas diferentes se expresaron;
todo el pueblo entendió lo que han hablado.

Mucha gente de todas las naciones
oyeron entre rezos y canciones:
¡Ha sido ya Jesús glorificado!

lunes, 6 de junio de 2011

El hombre a Cristo en su Ascención

Señor, era verdad, me prometiste,
cuando a los cuatro vientos predicabas,
que después de morir resucitabas,
que te irías al cielo, y ascendiste.

Y de tanta esperanza que me diste,
fue alentador oír que me aguardabas
y que aun siendo Dios tú te me dabas;
no debo nunca más sentirme triste.

¿He de desperdiciar mi opción al cielo?
Mi esperanza se nutre del desvelo
de ver si cuando llegue tú me esperas.

Yo, desde aquí, me afano en alabarte,
en pedir me perdones y en rogarte
que pese a mi pecado tú me quieras.

domingo, 1 de mayo de 2011

San José, obrero

Autónomo, modesto carpintero,
artesano que busca su sustento
sin dar muestras jamás de abatimiento,
muy aplicado en su labor y austero.

Cuida su hogar con celo y con esmero,
porque al Padre le dio el consentimiento
al aceptarle su requerimiento.
Su compromiso, darse por entero.

Afanoso, sin huelgas ni contratos,
sin paro laboral, sin sindicatos,
con una vida sana y sosegada.

Igual labora a sueldo que a destajo;
cinco sentidos pone en su trabajo;
lo hace por su Familia que es Sagrada.

sábado, 23 de abril de 2011

¡Ha resucitado!

Han sido ya olvidados los anhelos;
tres días y Jesús resucitado;
qué gloria la que el Padre nos ha dado;
se han abierto las puertas de los cielos.

Un alto en la ansiedad y en los desvelos;
el hombre siente ya que está salvado.
Al fin, lo prometido, lo esperado,
hace desvanecer los desconsuelos.

El la mente del justo aún perdura
un Cristo que sufrió tanta amargura
y sentimiento y pena y aflicción…

Pero al final triunfó sobre la muerte
y su clara victoria nos convierte
en parte de su propio corazón.

domingo, 17 de abril de 2011

El recibimiento

Un domingo de luz y de alegría;
palmas, ramas de olivo, aclamaciones,
bullicio, bienvenidas, emociones;
te bendicen, Señor, qué algarabía.

Por fin Jerusalén tiene su día
y se han colmado así sus pretensiones;
el Mesías llegó, los corazones
sienten ya de Jesús su cercanía.

Lástima que te ciñan los momentos
en que comenzarán los sufrimientos,
después de que se olviden las sonrisas.

Verás cómo las turbas te encadenan
y envidias y temores te condenan,
por esa luz del cielo que tú irisas.

lunes, 11 de abril de 2011

Amargos días

Cómo dejar al fin mi abatimiento;
decir Señor, Señor, en mi amargura;
creer, rezar, amar y dar ternura
para paliar del mundo el desaliento.

Al pensar en Jesús, cavilo y siento
que está pasando ya su noche oscura;
sé que vendrá de nuevo su ventura,
pero será tras pena y sufrimiento.

Son días de llorar y de tristeza;
sin embargo, me anima la certeza
de que no dejaré de estar al lado,

de quien quiso venir desde su altura
y asumió su pasión cruel y dura,
para ser por amor crucificado.

martes, 5 de abril de 2011

Todo por mí

Lamento que me hiera la amargura,
que me invada la cruel melancolía;
es que en esta cuaresma, día a día,
no se aleja de mí la noche oscura.

¿Cesará esta agonía que perdura?
¿Dará paso el dolor a la alegría?
¿Terminará, Señor, la pena mía?
¿Llegará al fin, gloriosa, la ventura?

Estamos en los tiempos que sufriste,
que predicaste el cielo que nos diste
cuando el hombre, por ti, se sintió amado.

Y sabías del todo qué pasaba;
que el mundo solamente se salvaba
cuando murieras tú crucificado.

martes, 22 de marzo de 2011

Piedad

Es difícil pensar, es evidente,
durante los momentos que vivimos,
en cómo analizar lo que sentimos,
mirar dentro de sí, ser consecuente.

Apartarse algún tiempo de la gente,
estudiar, si hago mal, si me redimo,
si procuro el perdón, si me aproximo
al que en algo ofendí, humildemente.

Tanto me estoy jugando en este trance…
Para que la promesa se afiance
tendré que poner todo de mi parte.

Sólo pido, Señor, misericordia;
en medio de este mundo de discordia
abre mi corazón para adorarte.

sábado, 19 de marzo de 2011

Vida interior

Tiempo de penitencia, de buscarnos,
de saber cómo somos, qué pensamos,
qué rige nuestra vida, cómo amamos;
tiempo de cavilar y de encontrarnos.

Es hora de rezar, de analizarnos;
que vean los demás que proclamamos
con todo el corazón, que divulgamos,
que Jesús padeció para salvarnos.

Piensa en su sufrimiento cómo ha sido,
el cáliz de amargura que ha bebido
y te asombrará ver que estás llorando.

Busca dentro de ti, la gran sorpresa
será ver que tu alma sigue presa
de un Dios que una vez más te está llamando.

Ceniza

En esta tesitura aciaga y cruda,
sin pensar en que vives de prestado,
satisfaces tu vida con lo dado
por una sociedad sumisa y muda.

Inmerso en lo carnal que te saluda
con sonrisas de un gozo programado
que borra de tu mente lo sagrado,
sin importar si tu alma se desnuda,

tienes que preguntarte: ¿soy cristiano?,
¿rezo al Señor?, ¿ayudo a algún hermano?,
¿descubro en mi interior lo que venero?

¿Por qué no hacer un alto en el camino
sabiendo que te juegas tu destino
en un estadio que es perecedero?

martes, 18 de enero de 2011

Ancianos

Soy ya viejo, Señor, y así lo asumo,
por tanto en los lugares donde estoy,
bien patente demuestro lo que soy:
hablo de un tema y otro y los consumo.

Enderezar entuertos es mi meta;
siempre de los demás, nunca los míos.
Soy un mandón en muchos desvaríos y
debo dar a todos mi receta.

¿Para qué reflexivo o taciturno?
Por eso tanto afán de perorata.
Mil detalles que forman cabalgata
y ni pensar a nadie dar su turno.

Qué difícil si hablo es ir al grano;
¿cómo omitir, Señor, tanto detalle?
Aunque el otro esté al cabo de la calle,
valorará lo sabio de un anciano.

De los demás, ni oír quiero sus penas;
si acaso, yo les cuento algún achaque;
para que en algo mi dolor se aplaque,
que me digan de mí mis cosas buenas.

Claro en mi mente está lo recordado;
ellos cuentan sus cosas, que se dudan;
con oírme, seguro que se ayudan;
yo cómo voy a estar equivocado.

Todos los de mi edad, viejos gruñones;
yo gozando de mucha simpatía
y ganando elegancia cada día;
los demás, adiposos, barrigones.

Todo lo veo mal; no me preguntan
cómo tienen que hacerse las gestiones;
sin mis consejos, sin mis opiniones,
no saben lo que hacer, ni lo barruntan.

Si grabo lo narrado en mi conciencia
y pienso que es verdad lo relatado,
si he sido consecuente en lo contado,
que me sirva lo escrito de advertencia.

Tú que tanto sufriste y tanto amaste,
que tanta salvación me has regalado,
¿cómo no aprovechar lo que me has dado?
¿Por qué olvido, Señor, lo que enseñaste?

Qué retrato más fiel, qué pesadilla
y qué oportunidad desperdiciada;
qué vergüenza, Señor, qué campanada,
una vitalidad de pacotilla.

Es tanta vanidad lo que me inculpa;
quiero ser al revés de lo contado;
pido perdón al ver dónde he llegado;
de todo lo pasado “mea culpa”.




Inspirado en la “Oración de un monje irlandés del siglo XVII”