sábado, 30 de junio de 2012

Juan 21, 15-19


Pedro, sin darse cuenta del pecado,
consintió hasta tres veces en negarte;
el miedo lo tentó para olvidarte
después de tanto estar, fiel, a tu lado.

Un gallo le cantó; desesperado,
lo traspasó el dolor de parte a parte;
su martirio ofreció por recobrarte
y lloró arrepentido y humillado.

Yo también te olvidé; vivo mi pena.
Tanto remordimiento me condena;
¿será otra vez Jesús mi compañero?

Lo que Pedro sufrió, ésa es mi espera,
caminar tras de ti mi vida entera
a ver si me preguntas si te quiero.

viernes, 22 de junio de 2012

Comentarios


Queridos amigos:

El análisis de mi blog, la satisfacción de verme tan visitado es tal, que no tengo más remedio que hacerlo constar en este mensaje escrito para ustedes, mis nuevos amigos.

Desde tantos sitios del mundo me han conectado…

Desde los cuatro puntos cardinales han leído ustedes mis poemas.

Yo, que pongo de antemano mi corazón tanto en lo místico como en lo profano; yo, que estoy enamorado del amor y que me emociono tanto al escribir mis poemas como al leerlos después, siento como si me hubiera integrado en una amplia y gran familia; eso me conforta y me anima a seguir.

A partir de esto me hago una pregunta.

¿Quiénes son mis “familiares etéreos”?

Tengo tantos interrogantes sobre quienes asiduamente me visitan.

Me encantaría saber si solamente sienten curiosidad, si se emocionan, si los guardan o los propagan, si los reeditan.

Me gustaría conocer qué destino tienen y quienes los conducen a donde sea…

Quisiera una crítica real sobre el alma de mis versos, sobre el efecto que su lectura produce y, sobre todo, quiénes son mis nuevos amigos.

Pero nada de comentarios.

Solamente visitas.

Ese es el reto.

Desde ahora espero, aparte de entretenerlos, saber algo de ustedes, esos sin voz, sin rostro y sin nombre ni dedicación que tanto saben de mí y yo nada de ellos. Esos nuevos seguidores que tanto me ilusionan y a los que agradezco su constancia.

Un abrazo muy fuerte,

                                     Joaquín

sábado, 9 de junio de 2012

Corpus Christi


Por más que cavilara, ¿qué diría
si alguno me pregunta si te veo,
yo que tanto en tus atrios me ajetreo
y que por ti, sin duda, moriría?

¿Cómo explicarle, qué le contaría
del centro de mi ser, del apogeo
de un cuerpo convertido en jubileo
cuando haces tu hogar del alma mía?

Yo, que no abro mis ojos al tenerte
porque al entrar en mí sentirte es verte,
abrasado en amor contestaría:

No lo intentes mirar, cree sin verlo
porque se ha vuelto Pan para comerlo;
Cristo es, por ti y por mí, Eucaristía.

sábado, 2 de junio de 2012

Santísima Trinidad


El Padre celestial que es adorado,
el Todopoderoso bendecido;
ser creado por él y haber sabido
que olvidará por siempre mi pecado.

El Hijo predilecto, el Enviado,
que ha de sufrir por ello, que ha venido
a entregarse de un modo consentido
para morir por mí crucificado.

Borró su muerte, ascendió a la gloria
y coronó triunfante su victoria
anunciando el Espíritu Divino.

Qué júbilo gozoso, qué alegría,
qué cántico interior y qué armonía
sentir dentro a ese Dios que es Uno y Trino.