miércoles, 22 de octubre de 2014

Pilarica


A Zaragoza viniste
a visitarnos, María;
aquí Santiago vivía
y acompañarle quisiste.

Al pueblo llano te diste;
todo un acontecimiento.

Recordando aquel momento
se te empezó a venerar
como Virgen del Pilar.

¡Qué feliz advenimiento!

Actitud


Pretendo, mi Señor, el encontrarte;
vago por este mundo y me estremezco,
cuando pienso si todo lo que ofrezco
es tan solo el deseo de buscarte.

Lanzo mi voz al cielo y quiero darte
todo mi corazón; yo te agradezco
el bien que tú me das y, si padezco,
saber que estás ahí para rogarte.

Te pido humilde el rastro de tu huella;
ver brillar con fulgor la luz aquella
que tú me regalaste cuando niño.

Acompaña, Señor, en el camino,
a un débil y cansado peregrino
que llora si te muestra su cariño.

viernes, 17 de octubre de 2014

Dios


¿A dónde iremos cuando se termine
el hálito en que estamos prisioneros?

Qué será de mi cuerpo ya lo sé,
¿pero y mi pensamiento?

Tan sólo necesito
que desde lo más alto me mire Dios;
no, no pretendo verlo,
con que Él me mire basta.

-------------------------------------

Éste fue mi primer poema místico,
hace ya tantos años...





sábado, 11 de octubre de 2014

El tesoro escondido y la palabra


De tu mano deseo al fin alzarme,
pero si el mundo aún me necesita
y demoras un tiempo nuestra cita,
por servirte, tendré que conformarme.

Ya sabes cómo lucho por marcharme,
cómo por perseguirte mi alma grita,
pero he de hablar de ti y eso me quita
peregrinar al cielo y sosegarme.

Mientras, daré mi voz a tu Palabra
con el tesón de quien su dicha labra
al presentir cercana su quimera.

Sueño con un sincero y fuerte abrazo,
que anudará por siempre nuestro lazo,
cuando se cumpla el plazo de mi espera.

domingo, 5 de octubre de 2014

Desde el sagrario


A ti que te viniste y te quedaste
para un día morir y redimirnos;
a ti que con el fin de bendecirnos,
desde el cielo del Padre te bajaste.

A ti que aquella gloria la dejaste
para vivir aquí, para sentirnos
tan llenos de tu amor al reunirnos;
a ti que para mí resucitaste.

A ti que das consuelo al que te adora
y que desde el ocaso hasta la aurora
regalas el sosiego al alma mía;

que cuando río o lloro estás conmigo,
que eres hermano y a la vez amigo.
A ti que eres por mí Eucaristía.