lunes, 7 de septiembre de 2015

Desde siempre María


Hizo Dios los colores para darte
un marco de azucenas y de rosas,
una sutil corona de mimosas
y el cielo azul, y el mar, como estandarte.

Hacía falta un sol para alumbrarte
y encendió luminarias prodigiosas;
te tenía en su mente y tantas cosas
fue elaborando Dios para agradarte…

Ay, Virgen que has nacido Madre nuestra:
cuánto te quiere Dios nos lo demuestra
cuando desde el principio te bendijo.

Te creó virginal en tu pureza,
te dio la eternidad, te dio belleza,
y quiso darte más, su propio Hijo.