El Niño se deja ver

Tuvo que parar el viento

y desnudarse la luna,

para alumbrar la laguna

y reflejar el portento

de asistir al nacimiento

de un Infante Divinal,

que oye un coro celestial

con voces de filigrana,

mientras la luz se engalana

y se ilumina el portal.

Aguardo

Jesús estaba presente

escondido en la Palabra

como un viñador que labra

y acaricia la simiente.

Todo quedaba pendiente

hasta cuando amaneciera

aquel día en que viniera

para nacer en Belén,

y hacerlo, por nuestro bien,

como un chiquillo cualquiera.

Alguien oraba así

Por suerte para mí ya se ha gestado

en las altas esferas de la gloria,

proclamar para el hombre la victoria

de que muy pronto, al fin, será salvado.

Lo cierto es que ese don tan esperado

va iniciar el comienzo de esta historia,

que será la sentencia absolutoria

que libre del origen del pecado.

Tú muestras, mi Señor, misericordia

y ofreces un regalo de concordia

al brindar venideras alegrías.

Proclamas esperanzas y consuelo

y la ocasión de conseguir el cielo,

con la feliz llegada del Mesías.