Ayúdanos, María, en esta hora;
viendo cómo está España te rogamos,
quieras interceder por que veamos,
cómo despunta al fin la nueva aurora.
Acude a protegernos sin demora.
¡Ay! Virgen del Pilar, te veneramos
y, como amantes hijos, esperamos
hagas con el Señor de mediadora.
Mil cosas que arreglar; hay tanto hermano
a quien habría que tender la mano
en la impaciencia o en la desventura.
Sólo nos queda el cielo; tanta gente
se muestra ante el dolor indiferente…
Que acabe de una vez la noche oscura.