viernes, 8 de octubre de 2010

Lo tibio

Si se apaga la luz, si a lo más claro
se amenaza a lo lejos con lo oscuro;
si el camino se cierra con un muro
y en lo que era evidente no reparo.

Si cunde por mi mente el desamparo;
si mi rezo se olvida del conjuro
y tiembla en mis adentros el futuro;
si el enigma que duele no lo aclaro,

pienso que hay que llorar y encomendarse
a quien tanto has querido y aún adoras,
y que vuelva otra vez para mostrarse;

que mis lágrimas rieguen muchas horas,
que el alma con su Dios vuelva a encontrarse
y que brillen de nuevo las auroras.