domingo, 16 de abril de 2017

El porvenir abierto


El sepulcro vacío; todo ha dado
aquel que por nosotros ha venido,
que la Cruz, por salvarnos, ha sufrido
porque fue por el pueblo sentenciado.

Y vemos un Jesús resucitado;
ha vencido a la muerte el Elegido;
la gente ya no llora; ha sucedido
lo que el pueblo soñaba, lo esperado.

Y regala perdones sin medida;
un claro sol para una nueva vida;
un feliz caminar, una esperanza.

Un gracias al Señor que tanto ama
y el mundo sonriente que proclama
un universal canto de alabanza.


viernes, 14 de abril de 2017

Christus


¡Ay, mi Señor!, transido, lacerado,
soportando el dolor de cada herida,
esperando paciente la partida,
cansado de sufrir, abandonado.

¡Ay, mi Señor!, contuso, desangrado,
y que desde la cruz, de despedida,
nos prometes volver de la otra vida,
diciendo así que no nos has dejado.

Al ver tu faz doliente, agonizante,
este pueblo te ruega suplicante
que vuelvan el amor y la concordia.

Nosotros, del pecado arrepentidos,
desde aquí, por las penas afligidos,
te pedimos, Señor, misericordia.


lunes, 10 de abril de 2017

Palmas y olivo


A lomos de la madre de un pollino,
hizo Jesús una feliz entrada
en la Jerusalém engalanada,
cumpliendo el devenir de su destino.

Los mantos le alfombraban el camino;
las palmas adornaban su llegada;
¡bendito!, era la frase más gritada,
bajo el azul de un cielo cristalino.

Qué fiesta, qué clamor, qué algarabía,
la de un pueblo que entonces no sabía
quién era aquél Jesús recién llegado,

que vino por nosotros a este mundo,
con un amor que darnos, tan profundo,
que consintió en morir crucificado.