El sepulcro vacío; todo ha dado
aquel que por nosotros ha venido,
que la Cruz, por salvarnos, ha sufrido
porque fue por el pueblo sentenciado.
Y vemos un Jesús resucitado;
ha vencido a la muerte el Elegido;
la gente ya no llora; ha sucedido
lo que el pueblo soñaba, lo esperado.
Y regala perdones sin medida;
un claro sol para una nueva vida;
un feliz caminar, una esperanza.
Un gracias al Señor que tanto ama
y el mundo sonriente que proclama
un universal canto de alabanza.