Y se fijó en el pan; quiso quedarse
en algo sustentado por la tierra,
que luego el mismo Padre desentierra;
quiso por mí nacer y perdurarse.
Quiso en humilde trigo cobijarse,
como en un dulce hogar, y allí se encierra
para esperar mi amor, por si se aferra
a su solicitud de prodigarse.
No consintió marchar; me quiere tanto,
que sólo se ausentó en el entretanto
de ser muerto y después resucitado.
Por eso quiero al pan, por ser vestido
de quien desde los Cielos ha venido;
un Señor que por mí todo lo ha dado.