Lloró tanto mi pena
por no verte,
sufrí tanto sumido en
mi desgana,
busqué tanto el lugar
de tu fontana
para al manar tú en
ella yo beberte...
Cuando se abran las
puertas de la muerte
y surja de lo oscuro
la mañana,
veré entrar tanta luz
por mi ventana
que sentiré el
sosiego de tenerte.
Pensar que fue por mí
crucificarte
con un INRI burlón
como estandarte
en el mismo cadalso
que un ladrón...
Qué podía hacer yo,
triste y cansado...
Esperar verte al fin
resucitado
mientras tenía roto
el corazón.