Mostrando entradas con la etiqueta Poema místico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poema místico. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de febrero de 2016

Expiación


Tiempo de cavilar, de concentrarse,
de mirar hacia Dios, de darse cuenta
de que hay una vida que se enfrenta
a un encuentro total, a un fin, a un darse.

Y si halla el cuerpo al alma, ¿va a encontrarse
una esencia de blanca vestimenta?,
¿un aliento profundo que presienta
el ferviente deseo de entregarse?

Hay que olvidar las dudas si, por dentro,
se espera firmemente que ese encuentro
influya en el pensar, en la conciencia.

Los días de sayal y de ceniza,
en este mundo cruel que tiraniza,
que impulsen a asumir la penitencia.


martes, 31 de enero de 2012

La Presentación de hoy

De mi constante duda hoy desisto,
era ya tan intenso mi dolor,
pero ahora, mirando al Salvador,
sé que el cielo tendré si lo conquisto.

Que todo el mundo diga que te ha visto;
que las gentes te sigan, mi Señor;
que la oblación sea fruto del amor;
que yo pueda adorarte ya que existo.

Con Simeón seguimos tu promesa;
haz que estemos dispuestos con presteza
a conseguir la paz que deseamos.

En el templo y aquí te has presentado;
nos sentimos, Señor, tan a tu lado,
que todos, con amor, te consagramos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Vida interior

Tiempo de penitencia, de buscarnos,
de saber cómo somos, qué pensamos,
qué rige nuestra vida, cómo amamos;
tiempo de cavilar y de encontrarnos.

Es hora de rezar, de analizarnos;
que vean los demás que proclamamos
con todo el corazón, que divulgamos,
que Jesús padeció para salvarnos.

Piensa en su sufrimiento cómo ha sido,
el cáliz de amargura que ha bebido
y te asombrará ver que estás llorando.

Busca dentro de ti, la gran sorpresa
será ver que tu alma sigue presa
de un Dios que una vez más te está llamando.

Ceniza

En esta tesitura aciaga y cruda,
sin pensar en que vives de prestado,
satisfaces tu vida con lo dado
por una sociedad sumisa y muda.

Inmerso en lo carnal que te saluda
con sonrisas de un gozo programado
que borra de tu mente lo sagrado,
sin importar si tu alma se desnuda,

tienes que preguntarte: ¿soy cristiano?,
¿rezo al Señor?, ¿ayudo a algún hermano?,
¿descubro en mi interior lo que venero?

¿Por qué no hacer un alto en el camino
sabiendo que te juegas tu destino
en un estadio que es perecedero?