Nace la luz doncella en la mañana;
el sol se despereza en la colina;
por entre la hojarasca se trasmina
un penetrante olor a mejorana.
El rojo de las rosas se desgrana;
el trigo en lo dorado se ilumina;
vuela una mariposa peregrina;
abre el campo a los aires su ventana.
Vuelvo a mis veinte años y al paraje
en que el entorno obliga a que recuerde
cómo dejé en el tiempo mi equipaje.
Entretanto un suspiro se me pierde,
y mientras se diluye en el celaje,
sigue su curso el río, brilla el verde.
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