jueves, 11 de febrero de 2016

Cuaresma


Tiempo en el que despierte tu pobre alma dormida
y dolorosamente medite en el camino
que siguió por nosotros un Jesús peregrino,
ofreciendo en silencio su pasión y su vida.

Día en el que florezca la esperanza perdida
y recuerde la historia cómo asumió el destino
el que quiso ser reo, ante el que yo me inclino,
y soportó en su cuerpo herida tras herida.

Y yo, sin pensar nunca que allí fui perdonado
de toda culpa vieja, de todo mi pecado,
de todo lo que triste olvidar deseaba.

¿Qué menos que acordarme de las horas aquellas
en las que Cristo sufre al pie de las estrellas
y todo por tan sólo decirme que me amaba? 

        

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