viernes, 25 de marzo de 2016

No está aquí


Cristo desaparece, sólo queda
una sábana blanca, su sudario;
¿ha ocurrido el milagro extraordinario?;
pedid con fe que el Padre os lo conceda.

Rogad que sea el cielo quien lo hospeda;
ya no existe suplicio ni calvario;
¿ha seguido Jesús su itinerario,
su celestial destino, su vereda?

En el sepulcro ya no lo busquéis;
confiad en que pronto lo veréis,
en que estará otra vez a vuestro lado.

Todo pasó, lo escrito, escrito estaba;
ya, para todo aquel que lo esperaba,
vendrá como Jesús Resucitado.


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