Los distantes momentos bajo lunas tan bellas,
que perduran, que alientan, que se sienten cercanos;
las miradas azules, los destellos lejanos,
los mensajes silentes que dicen las estrellas.
Esos recuerdos vivos de las noches aquellas;
su piel sedosa y tibia que tiembla entre mis manos,
las delicias, las risas de los gratos veranos,
de los que solo queda el eco de sus huellas.
Los jazmines que aún huelen en mi noche sombría,
los besos que se hospedan en mi melancolía,
tantas lágrimas tristes, tanto mudo lamento.
Ya no sé cuantos años el dolor me persigue,
me domina y me hiere, pero nunca consigue
que olvide ni un instante ese amor que consiento.
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Dedicado expresamente a mi nieta Estrella;
es tan exquisita y le gustan tanto los poemas
de amor, que acabo de escribir este soneto
alejandrino elegíaco en su honor.
El amor es el motor del mundo y lo debemos
a Dios.
Algunas veces, como en este caso, de pronto cesa,
pero hace inolvidables los momentos que con
anterioridad te ha
regalado.
Abuelito....
ResponderEliminarEste regalo es demasiado...
Mil gracias.
Te quiero.
¡Qué orgullosa de mi abuelo!
¡Qué grande mi abuelo!
Graaaaaaaaaacias. T.Q. Ab.
Eliminaryo también quiero unoooo jejeje Un beso abuelito, muy bonito!
ResponderEliminarLo tendrá mi Carmela...
EliminarEn cuanto esté inspirado.
Tú vales mucho.
El abuelo.
Y yo qué? Me voy un fin de semana a Conil y pierdo puntos!!!
ResponderEliminarHoy llueven los comentarios... jeje.
ResponderEliminarQué bien.
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