Tanto desocupado ya no es raro,
tanto progenitor en la indigencia,
tanta falta, señores, de conciencia,
qué triste situación de desamparo.
No tengo más remedio que ser claro,
y abrir mis manos, y pedir clemencia;
tratar de conseguir supervivencia
para los que se encuentran en el paro.
Nuestras parroquias y el voluntariado,
no levantan sus manos del arado
y ayudan sin cesar a cualquier hora.
Cáritas diocesana, Voluntarias;
tantas gentes trabajan solidarias…
Un ideal que hay quien no valora.
domingo, 21 de agosto de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario