Si yo, Señor, la facultad tuviera
de contemplar feliz lo adivinado
y de poder mirar el otro lado
para hallar, de una vez, lo que quisiera.
Si yo, por el camino que anduviera
tuviese la certeza de lo hallado,
disfrutase contigo lo encontrado
y hacerte dueño de mi amor pudiera.
Si brillase una luz, si esa lumbrera
nunca más por mi culpa se apagara
y junto a ti, Señor, me retuviera.
Si mi sueño tu amor lo consintiera;
si mi anhelo con ello se lograra,
que mi cuerpo a tu lado se durmiera.
que mi cuerpo a tu lado se durmiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario