Cerca el Reino de Dios, es tu promesa,
y tan solo nos pides convertirnos;
¿será fácil, Señor, el desdecirnos
de tanta inobservancia que nos pesa?
Sentimos que el dolor nos atraviesa
y pedimos de ti no desasirnos;
hemos de hallar hermanos, reunirnos
y cooperar al logro de tu empresa.
No dudaremos más, tú nos esperas
y habremos de buscar las mil maneras
que de llegar a ti tú nos ofreces.
Vamos a ser valientes, el trofeo,
que pensemos, Señor, en el deseo
de dejar de negarte tantas veces.
domingo, 26 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario