viernes, 10 de febrero de 2012

Mis bienes

Soy un hombre rico;
como potentado debo ser prudente,
por ese motivo mis grandes riquezas
tengo repartidas por el ancho mundo
entre mucha gente.

En África negra,
en una región que estaba desierta,
disfruto de un trozo del brocal de un pozo
que con su caudal,
apaga la sed de bastantes hombres
y riega sus huertas.

Y tengo también casi media vaca
en un orfanato de un pueblo escondido,
en donde los niños, al probar su leche,
por primera vez han sido felices
y se han sonreído.

En tierras muy frías un pupitre tengo,
dentro de una escuela cerca de un iglú.

Tengo una camilla en un dispensario
perdido en la selva de un pueblo zulú.

Y también soy dueño de un todo terreno,
para que a sus gentes visite un doctor
de un pueblo bantú.

Cuántas cosas tengo; hasta misioneros
que piden por mí, rezando en Perú.

Es mía una parte de un centro que ayuda
a las juventudes rurales de Egipto;
y en una pequeña Iglesia de adobe,
yo poseo un banco
donde los negritos le rezan a Cristo.

Cerca del lugar soy el propietario
de una enorme noria, que se está instalando,
para que los prados se pongan muy verdes
cuando los nativos los vayan regando.

Y así especulando,
invierto en negocios de Manos Unidas,
y estoy reuniendo enormes ganancias,
para la otra vida.

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