sábado, 29 de junio de 2013

Antesala

Sé, Señor, que prometes infinito,
que la Gloria está ahí, que se consigue,
sé que le das el Cielo al que te sigue,
que acaba el pecador por ti bendito.

Y aunque tu altura yo la necesito
y evito todo el mal que me persigue,
algo olvido del seno que me abrigue
cuando mi acontecer esté finito.

Es aquí, mi Señor, donde te adoro,
donde feliz disfruto tu tesoro
sin meditar el premio venidero.

Es aquí donde encuentro tu figura,
donde alumbra tu ser mi noche oscura,
es aquí, mi Señor, donde te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario