sábado, 27 de julio de 2013

Transformación

Amo al Señor y en ese amor quisiera,
acabar de ser yo, desdibujarme,
dejar de ser materia, concentrarme
en haz de luz, en sueño, en primavera.

Si volar por lo azul me consintiera,
si su espacio sutil quisiera darme,
mil lágrimas daría por quedarme
para que allí mi alma poseyera.

Y si mi cuerpo gris dejar pudiera,
quizá la recompensa consiguiera
de ser suspiro, beso, luna o rosa.

En la brisa de abril me convirtiera,
y en cada amanecer mi luz pusiera
en una ceremonia primorosa. 

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